"El cine pocas veces es arte, pero siempre será industria y la más poderosa se llama Hollywood, hasta el punto de servir de parámetro para abordar su historia en cualquier país del mundo. El carrete mágico.
Una historia del cine latinoamericano, de John King, puede leerse como
una crónica sobre los efectos del star system en las colonias más
cercanas, donde también ese modelo de producción y mercado ha sido
determinante. El subtítulo del libro no
es traicionado, porque esta tesis doctoral explora fuentes, reúne
información e integra de manera rigurosa los principales factores que
han intervenido en la evolución de la industria cinematográfica de la
región. John King encuadra hechos históricos, cifras de mercado,
producciones y legislaciones que revelan el
papel del Estado en cada uno de los países y ofrece una panorámica
lúcida, bien documentada y amena, que muestra cómo se ha desarrollado
este fenómeno moderno y popular en Latinoamérica. En 356 páginas, con
datos bastante interesantes, se hace un recuento cronológico desde la
llegada del cinematógrafo hasta comienzos de los años 90. El
texto muestra las maniobras de la industria estadounidense para
controlar los mercados y las técnicas que se utilizan en la caza de
audiencias. Señala los aportes de muchos autores que a lo largo de cien
años han intentado un cine propio, más nutrido de la realidad política y
social, resultado de una reflexión no siempre carente de dogmas
políticos. Interpreta la influencia del neorrealismo, la nueva ola y
otras importantes escuelas y movimientos. Hace referencia a la
competencia de la televisión, el vídeo y el cable. Evalúa el
papel de los Estados y las políticas de producción oficiales e
independientes que se vislumbran. Sin dejar de enfocar particularidades
de cada país, se detiene en México, Argentina, Brasil y Cuba, donde esta
industria ha logrado mayor importancia. Al hablar de cine
latinoamericano, John King niega toda mirada tercermundista, no quiere
participar en complejos debates, refuta la apelación al llamado tercer
cine o cine del tercer mundo por considerarla, además de generalista,
euronorteamericana. Entiende el cine como
síntoma de la historia, se sirve de cifras, porcentajes de producción y
exhibición, entre otras fuentes, que son ubicadas en un contexto social
y político. Analiza algunas películas y subraya los sistemas de
relación, valores morales y modos de entender el
mundo que aparecen en las tramas y en las que se revela, en buena
parte, la sociedad que las produce. Se detiene en las circunstancias de
producción de proyectos importantes, e incluye elocuentes episodios que
resumen las leyes del mercado y las reacciones del público. Una
introducción corta y once capítulos: Piezas toscas: la era muda. Del
cine mudo al nuevo cine 1930-50. A partir de los años sesenta ¿Nuevos
cines para el nuevo mundo? Argentina,
Uruguay y Paraguay: Décadas recientes. Brasil: Del Cinema Novo al TV
Globo. México: Dentro del laberinto industrial. Cuba: Proyecciones
revolucionarias. El cine chileno en la revolución y en el exilio. Imágenes andinas: Bolivia, Ecuador y Perú. Colombia y Venezuela: El cine y el Estado. Centroamérica y el Caribe: Películas en el
traspatio del hermano mayor. Desde una perspectiva histórica, la
crítica está dada por la variedad de fuentes con las que se construye en
orden cronológico el cuadro general del
cine de la región, lo que convierte este texto en una referencia fiable,
que si bien no es exhaustiva en cuanto a obras y autores, sí permite
una aproximación seria a este fenómeno moderno y popular. Sin hacer
apología, este libro muestra cómo en todos los países de América Latina,
a lo largo de un siglo, han existido cineastas brillantes que con las
herramientas de su época han hecho evolucionar el
lenguaje cinematográfico. Además de películas, directores y actores
famosos, hay referencia a muchos otros que, a pesar de su talento, son
prácticamente desconocidos en el mundo.
Lástima no disponer de un índice por obras y autores. Sí se cuenta con
una guía bibliográfica, en su mayoría de textos y artículos en inglés.
Como conclusión general, se puede decir que el
cine latinoamericano, a pesar de las endebles industrias nacionales, es
una manifestación cultural viva y activa que constituye una parte
importante de la historia del cine." María Lucía Castrillón. |
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario