Una autobiografía vital, una vida exprimida hasta la última gota. Huston
se nos muestra como un cultísimo hombre del Renacimiento, y con las
aficiones más dispares que se pueda imaginar: desde el boxeo hasta la
pintura abstracta. No oculta sus sombras de alcohólico, ludópata,
machista. Pero por mucho que desagraden tales actitudes, se le acaba
admirando y apreciando. El libro muestra muchos entresijos de cómo se
hacían las películas en los grandes estudios. Y está lleno de historias
curiosas, como un jockey pendeciero, mentiroso y humanitario; un cameo
navideño de Steinbeck; o unas travesuras subacuáticas de un niño muy
enfermo que tendría una larga y feliz vida |
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