Clara Bow, Jean Harlow y Joan Crawford Con El imperio del glamour
desembarcan en mis renglones tres grandes divas de Hollywood: Clara
Bow, Jean Harlow y Joan Crawford. La trayectoria de cada una de las
piezas comprende una época, compartida entre Harlow y Crawford en la
Metro Goldwyn Mayer hasta 1937, año final de la segunda en este mundo,
aunque la pantalla siga mimando sus apariciones. El denominador común de las tres divas y su incomparable glamour, parte del origen humilde o poco confortable. El caso de Clara Bow es el
más dramático; aunque Joan Crawford no le va en zaga, y Jean Harlow, de
origen acomodado aunque víctima de una ruptura matrimonial de sus
padres, degrade su origen gracias al desarraigo de la madre, inspiradora
sin embargo de su afición por la pantalla y la fama. La edificación
estelar de cada una de ellas se da en un marco favorable de consumo
estelar. La Bow representa a flapper de los años ´20 como ninguna otra
actriz de la época, desde el sello Paramount. Parte de ese estilo marca los comienzos de la Crawford, consagrada recién al borde del cine sonoro por la compañía más exitosa de Hollywood. Es durante el período sonoro de los primeros años ´30, que la Harlow reemplaza a Bow, luminaria de la Era del
Jazz y la vida loca, incapaz de superar los cambios sociales,
determinados por la Gran Depresión económica y su explosividad
controlada, en materia de sexo y atractivo. El paso del tiempo demostraría que sólo la Crawford, una superviviente nata, consiguió prolongar bajo nuevas fórmulas su estrellato. |
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