FRAGMENTO DE LA INTRODUCCION:
En
esta película de 1972 Bergman nos cuenta una de las historias más
dolorosas de todas cuantas hemos visto en el cine. Hay que estar muy
convencido de nuestro estado de ánimo para ver la película, porque el
dolor que desprende es grande y te conmueve por dentro. Cuando se acaba
de ver uno termina afectado.
Si en “El Séptimo Sello” veíamos a
la Muerte actuar desde nuestra visión externa, ahora la veremos actuar
en una situación mucho más cercana y sensible. La cámara permanece
siempre como testigo impasible de los hechos. Conviene recordar el final
de “El Séptimo Sello” desde la llegada del grupo al castillo, para
poder reconocer ciertos paralelismos sucintos que vemos en la obra que
nos ocupa.
Las interpretaciones soberbias, en especial la de
Harriet Anderson y la de Liv Ullman. La fotografía (ganadora de un
Óscar) es tan austera como sobrecogedora.
Número de páginas: 12 |
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